"La Narizona"

Lo único casi tan grotesco a como andar en “cueros” en público, es pasearse por playa, piscina, lago o rio exhibiendo una Narizona!!!!!

“La Narizona”, como se le conoce en la jerga colombiana al vestido de baño diseñado especialmente para deportes acuáticos y popularizado bajo el nombre de la marca SPEEDO, es probablemente la prenda de vestir más desagradable en existencia.

Solamente a personas con cuerpos perfectamente atléticos se les ve bien y especialmente en las playas del Mediterráneo, donde su utilización es más común.

Me cuesta trabajo entender la psiquis de aquellos que optan por ponerse esta prenda, especialmente a esos que ni tienen el cuerpo ni la edad apropiada para ponérsela. ¿Que pensaran frente al espejo?, ¿Que el “bulto” es símbolo de virilidad? o ¿que el follaje de pelamen que sale por los lados es super sexi?

Para asegurarme de que mi opinión no fuera muy ajena a aquella de las mujeres, quienes en últimas son para quienes nos vestimos, pregunte a un grupo de 20 y su respuesta no me sorprendió. Solo una de ellas, quien me pidió guardar su nombre en secreto pues se avergüenza de su opinión, considera que dicha prenda es super sexi y confiesa que le produce “malos” pensamientos que luego utiliza como inspiración en momentos de soledad.

Pareciera ser que los hombres criados en clima frio son los más dados a lucir esta prenda. No sé si es por falta de acceso a la moda de playa o porque en su mente solo hay referencias de cuando tomaron clases de natación o participaron en algún equipo de deporte acuático en el colegio. En fin, los de clima frio se las ponen sin importar la edad o el peso…….

Una linda tarde de Diciembre en la hermosa Cartagena fui invitado a pasear en un bote por la bahía. El bote pertenecía a gente “divinamente” de clima frio. Esa tarde habían decidido invitar a los “calentanos” a pasear en su bonito bote. Cuando abordamos nos ofrecieron buen trago y un delicioso ceviche. Nos atendían muy bien, como usualmente saben hacer los de clima frio. Todo parecía perfecto. Navegamos por un rato hasta que uno de ellos sugirió que pararan el bote para nadar. La idea sonó agradable a todos, menos a mí, ya que el nivel de alcohol en la sangre no era suficiente para compensar por el miedo a los tiburones. El bote paro y anclo a unos 300 metros de la playa. De pronto lo inesperado….Los anfitriones uno a uno, papa e hijos, se fueron bajando las pantalonetas de última colección Vilebrequin para quedar en unas “narizonas” diminutas, una de ellas roja con una lora pintada en el frente!!!!! Coñooooo, me dije a mi mismo, al tiempo que todos los “calentanos” coincidíamos mirándonos unos a otros aguantándonos una explosión de risas…. Huyendo a la pena ajena, todos saltaron por la borda, incluido yo!!!!

Pecado capital número uno: “La narizona”

Para los que han estado acostumbrados a esta prenda por mucho tiempo y les cuesta mucho trabajo un cambio tan drástico, les sugiero pasar a un término medio: “Swiming Trunks”. Esta es una prenda igualmente apretada y normalmente de licra, pero que por poseer más tela en frente, atrás y a los lados, el efecto visual es un poco menos grotesco. Para mí, el traje de baño ideal, es la pantaloneta clásica: ni muy corta, ni muy larga y ojala con un “print” suficientemente vistoso para que toda la atención se concentre en la pantaloneta y no en los malditos gorditos de los lados, que por más que uno se mate en el gimnasio o haciendo triatlón, parecieran ser un inevitable invitado en el cuerpo de todo cuarentón!!!

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